Estoy aquí de nuevo. No se por qué, ni cómo, pero sigo aquí. Nunca me he ido del todo. Esta cabeza loca mía al parecer siempre va a sacar su lado oscuro, un lado que odio y amo al mismo tiempo porque es parte de mí.
No es que me considere diferente ni nada por el estilo, no conozco al resto de la gente ni lo que pasa por sus cabezas, pero sí sé que tengo un lado oscuro, magnético, terrorífico y profundo. ¿Un lado? ni que fuera un cubo. Más bien, creo que soy una esfera, sin lados pero que gira y gira y nunca se sabe dónde va a ir a parar. No sé quién soy, de donde vengo exactamente ni a dónde voy. ¿Como entenderme entonces? no hablo de los demás, si no de mi misma hacia mí misma. ¿Cómo ir a terapia si ni siquiera sé lo que me pasa?
No me acordaba de que tenía este blog, de hecho, ni recuerdo las 4 entradas que escribí, pero algo dirán. Si son inútiles las borraré.
No pretendo que nadie lea mi blog, pero por lo menos escribo para desahogarme, y no es algo tan solitario como escribir en Word y guardar los documentos en algún archivo olvidado del ordenador. Escribiendo en un blog al menos siento que sirve para algo.
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