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viernes, 4 de septiembre de 2015

Blanco, negro, blanco.

Bueno.
Voy a cambiar un poco el tono de la anterior entrada, a fin de estar un poco positiva, por lo menos para sentirme mejor. Después de todo éste y no otro es el propósito de este blog.

Esto de ser diferente al resto puede tomarse desde una perspectiva un poco más optimista. Estar tan sola después de todo puede ayudarme a encontrarme. Estoy dibujando y pintando más, leyendo más, escribiendo más. Eso también es una muestra de que los antidepresivos no me funcionan, ya que normalmente me coartaban la creatividad, me la anulaban, me la ahogaban.

No me importaba porque me bastaba con sentirme bien, eso es lo primordial, no me iba a quejar.
Aprovecharé este mes de locura y creatividad ya que el siguiente recomenzaré la terapia, y probarán otras drogas conmigo, o al menos otras dosis. En este blog iré contando mi viaje; durante este mes en contraste con el que viene, octubre, un mes difícil para mí también porque es el mes de mi cumpleaños.
Y no sé por qué motivo, pero alrededor de mi cumpleaños me vuelvo bastante depresiva. Tampoco me gusta que me hagan fiestas o regalos, me siento culpable; como que la gente se está tomando una molestia que no desean tomarse sólo porque "deben hacerlo" y "para quedar bien". Nunca interpreto que lo hagan porque me quieran o porque de verdad quieran regalarme algo o festejar mi nacimiento. Jajajaja. Nadie haría eso por mí.
Tengo una gran desconfianza hacia todo el mundo que me rodea, creo que la gente es simpática sólo porque es lo que se debe hacer, pero que, en realidad, molesto y soy aburrida, y nadie quiere tener nada que ver conmigo.
De hecho, cuando tengo un novio o hago nuevos amigos, en cuanto veo que no me responden por unos minutos a un mensaje que les he enviado, o cuando me cambian algún plan que he hecho con ellos me empiezo a preguntar "¿Qué he hecho mal? Ya la he vuelto a cagar. Nadie me quiere, todos me abandonan. Seguro que todos están en contra mía de forma secreta."
Todos esos pensamientos me hacen mucho daño, y de ello deriva el hecho de que nunca quiera contar como me siento a nadie, porque no quiero ser una molestia, ni ser pesada. Prefiero no preocupar a nadie con mis problemas, porque, después de todo son sólo míos y yo me debo hacer cargo, ya que en realidad todo el mundo mira por sí mismo. Somos todos egoístas, a nadie le importa nada del otro, mientras no le afecte de forma negativa o positiva, les da exactamente igual.

Este tipo de pensamientos me vienen de forma recurrente, obsesiva y repetitiva cuando estoy en las épocas donde me encuentro peor; hasta tal punto de desconfiar de mis propios padres y de pensar que no me quieren, y que no quieren saber nada de mi, o que al menos no les importa un carajo cómo me sienta.

Por otro lado, cuando me siento genial conmigo misma pienso que nadie me merece, que yo soy genial y que todos me admiran, que ven que soy distinta, que intimido o que tengo un don especial. Que soy increíblemente hermosa y que voy a hacer grandes cosas en la vida.

En fin... ¿Hay alguien que me entienda?

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