Contacto

candepineiro@gmail.com

sábado, 24 de octubre de 2015

Antes de tomar mi corazón, reconsidéralo

Soy una persona muy apasionada e intensa. Necesito hartarme de ti. Sudarte, cansarme de verte, de decirte lo que siento. Abrirme sin que me importe asustarte.

Todo esto es parte de mí, parte de mí filosofía. Pero me estoy conteniendo. Porque en estos tiempos que corren, tenéis miedo. Miedo a sentir. Miedo a comprometeros. Miedo a rechazar y a ser rechazados. No se puede seguir así. Basta ya.

¿Por qué tanto miedo? Me lo habéis contagiado a mi. Claro que no es el mismo miedo. Yo tengo miedo a dar con algunos de vosotros, chihuahuas temblantes y aterrorizados de vivir. Sois muchos. Odio tener que ser alguien que no soy yo, alguien desganado, precavido, como quien se acerca a una mosca para atraparla sin que huya. ¿Por qué no podemos sentir libremente? Tengo miedo de ahuyentar a todo aquel que a la mínima escucha esa alarma que tiene incorporada para correr en una dirección (y seguramente, hasta zigzagueando porque, ya sabéis, toda precaución es poca)

Vuelvo a decir, soy una persona muy intensa. Todo lo voy a sentir al máximo. Y puede que eso te asuste. Bueno, dime ¿qué te asusta? ¿No sabes lo que quieres? ¿Hacerme daño? ¿Hacerte daño?
Vive, ¡por favor! De la vida se aprende. Ten curiosidad, pregúntate ¿qué pasaría si...? Y si al final resulta que no, perfecto, algo has aprendido. Si luego resultas herido, bueno. Siente el dolor. Grita. Llora. Si lo que pasa es que no sientes nada, dilo. Di: Stop. No me encuentro a gusto. HABLA. No pasa nada. Pero supera tus miedos de una vez.

Avanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario