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viernes, 19 de agosto de 2016

No te disculpes

No pidas disculpas por ser como eres. No tienes ninguna culpa. Eres especial, diferente e increíble. Acaso tú juzgarías los defectos de otro sabiendo lo que ha vivido? O sería un impedimento para amarlos sus defectos? Si el amor que sientes es muy grande y verdadero, los aceptas. Con sus defectos, sus días soleados y sus chaparrones.
Busca a alguien intenso, que te adore. Que te ame por como eres, que no vea sólo lo bueno o sólo lo malo, si no que te acepte tal cual, con tus monstruos y tus ángeles.

Nada de lo que otro sienta es culpa tuya.

Eso si, vive con realidad, viéndola tal cual es y aceptándola. Es parte de la vida. Las cosas pasan por algo, y lo que ocurre siempre es la mejor versión. A veces tienes que dejar que te echen de menos para que sepan que te aman. No es algo que tengas que forzar; se tú misma, cuídate, haz tu vida y no te preocupes que quien quiere y debe quedarse, se quedará.

NO SE IRÁ TAN FÁCILMENTE.

domingo, 28 de febrero de 2016

¿Eres tú, felicidad?

Te encuentro dentro mía, y es la primera vez en la que no dudo que estés aquí.
Otras veces, creía que habías venido, pero no. Eras simplemente un reflejo, una sombra, alguien parecido a tí que se disfrazaba intentando engañarme. Muchas veces lo creí, lo creí y luego me engañaron. Porque después de todo este tiempo me he dado cuenta de que cuando estás, no hay duda de que has venido. ¿Cómo estar tan segura? Pues bien, la felicidad no viene dada por nada que haya pasado externamente. Ya que, si eres realmente feliz, todo lo que pase alrededor tuyo casi ni te afecta. La felicidad viene de dentro. Es un saber estar, un saber vivir, aprovechar, disfrutar. Cada momento, cada palabra que escribes, cada palabra que lees. Es amor puro.
Cuando amas a alguien, no te pierdes ni un detalle de esta persona, sus lunares, el brillo de sus ojos, sus gestos, su boca... Y deseas que el tiempo que estás pasando con ella sea eterno, que no se acabe nunca.
¿Qué pasa si tenemos amor hacia la vida? O mejor dicho ¿Qué pasa cuando somos realmente felices?
Este amor se extiende hacia todas las cosas y, aún más importante, hacia uno mismo. Por lo tanto, cocinas saboreando el momento, oliendo cada partícula, viendo cada color. Riegas las plantas observando como la tierra absorbe las gotas y como las hojas tiemblan tras recibir los golpecitos de la pseudo lluvia cayendo encima de ellas. Cuando vas en bicicleta por la calle respiras hondo cada perfume de u ciudad, del campo, aprovechas cada paisaje para escudriñarlo con los ojos. Delicada e intensamente. Así es como hay que vivir la vida. Aquí se encuentra la verdadera felicidad, la cual defino como un continuo disfrute, y no la falsa idea de "felicidad" que nos viene dada mediante descargas eléctricas de endorfina que duran sólo unos pocos segundos.

À la folie

Siempre he pensado que mi forma de pensar y de ser, es decir, mi personalidad, se corresponde con la de una chica francesa. Esta idea comenzó con la primera persona que conocí y llegué a admirar con una fuerza indescriptible, sin precedentes en otra persona que no fuera mi familia más próxima, ya que evidentemente admiro por naturaleza a mis padres.

Ella se llamaba Flora. Teníamos 12 años cuando nos conocimos en el instituto. Yo siempre la había admirado de lejos, pues ella era siempre lo que yo era pero no podía mostrar por miedo a lo que dijesen los demás. No le importaba estar sola, leyendo, sentada en un banco del parque en la hora del recreo. Tampoco le importaba lo que pensaran de su forma de vestir, que destacaba por mostrar su personalidad; alocada y colorida. Cuando nos hicimos amigas yo me sentí por primera vez en mi vida realmente comprendida. Me ayudó a ver que ser uno mismo no tenía nada de malo, me ayudó a crecer.
Después de unos meses en España volvió a Francia, dejando un hueco muy grande en mi vida que me costaría llenar.
No obstante, el hecho de conocerla me llevó a poder visitar Francia al ir a su casa a verla; conocí su entorno, su familia, sus amigos y amigas. Nací de nuevo. Me sentía realmente cómoda.
Me enamoré por primera vez de Francia. Por segunda, tercera y cuarta vez, en distintas ocasiones que sobrevinieron a este viaje. Volví a ir a ese mágico y libre país, y volví a regresar, pero siempre llevándome algo más. Es como si cada vez que fuese, descubría algo más sobre mi personalidad que estaba escondido. Mi amor por todo lo que conlleva Francia es demasiado grande, demasiado indescriptible, y creo que viene dado por esa primera experiencia.
No sé, siento que tenía que decirlo.

Au revoir

martes, 26 de enero de 2016

Combinaciones

Hola, estoy aquí de nuevo. Tengo una forma muy curiosa de desaparecer por una temporada y luego volver a retomar el blog. Pero bah, a quién le importa, si esto es sólo para mí.

En realidad, debería tomarme esto más en serio, expresarme de forma escrita me ayuda a ordenar mis pensamientos.

El otro día pensaba en las combinaciones. En las combinaciones de letras, en las combinaciones de palabras que pueden llevarte al éxito, o bien al fracaso.
El conjunto de palabras que dichas en un orden específico y de determinada manera, pueden hacer reír a alguien, llorar a alguien, enamorar, decepcionar. En el conjunto de letras escritas en un papel que ordenadas de determinada forma pueden llevar a un libro al éxito multimillonario, o a una aburrida novela que termina empotrada en un estante sucio de una biblioteca.

Lo mismo pienso con los exámenes, con todas estas cosas que, si supieras exactamente cómo responder en ese mismo instante, tu vida se resolvería de una forma impresionante. Se cierran caminos, se abre otros. Y todo por combinaciones. Qué curiosa es la vida.

Se me ocurren tantas cosas, tantos proyectos, tantos, y al final no me pongo en campaña para llevar a cabo ninguno. Quiero escribir, pero, claro; eso lo digo ahora. Mañana querré hacer otra cosa y me olvidaré de este blog otra vez, hasta que pase un mes o dos y vuelva a la carga, tal vez con más historias que contar, o con la misma que se repite.

No es que sea pesimista, pero visto lo visto, creo que va a ser más lo segundo que lo primero.
Para más información sobre este enigmático fin, ver post anterior.

Laughing Out Loud.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Un poco de música que alegra el alma

Pues eso, además de mis embrollos mentales y tal, quiero poner una banda que estoy escuchando mucho últimamente: se llama graveyard, y es increíble.
Sus canciones tienen sentido, su letra es buena, la guitarra y el bajo sensual, combina hard rock con blues y pff, no sé que más decir. De los pocos grupos buenos que quedan.


Mucho tiempo

Hace mucho tiempo que no escribo.
Puede que sea porque no tengo tiempo, o porque no hago tiempo.
Sí, son ambas cosas. Y más aún, no encuentro el sentido de escribir, de hablar, de expresarme aunque sea para mí misma. Ni siquiera estoy donde debo estar, mientras escribo estoy pensando en otras cosas. Ahora mismo pensaba en que ni siquiera me reconozco a mí misma en las palabras que acabo de escribir, y en lo divertido que sería que un día me diera por imprimir todos mis escritos de este blog y fotocopiarlos, ponerlos en un cuaderno y tenerlo para más adelante leerlo.
Lo tengo que hacer.

Espero que no sea de estas cosas que me propongo y luego nunca hago, porque sería una pena,pero es algo muy típico de mí.

En fin. En este último mes ha pasado de todo y de nada. Desamores como lluvia, cayendo sobre mí cuando menos me lo espero,yéndose y dejando un día soleado pero yo siguiendo mojada. Mojada, y hundida.
Seguramente cuando lea los antiguos posts no sabré identificar a quién iban referidos, pero en realidad van dirigidos hacia una misma persona: la persona que idealizo, esa persona de la que estoy constantemente enamorada pero que nunca asoma. Esa persona es la que me lo fastidia todo, pues siempre creo que está disfrazada de alguien que conozco, pero luego me doy cuenta de que no. Es una persona hecha de expectativas inalcanzables, de deseos, de futuro y de esperanza. ¿Por qué me atormentas? Vete.

Seguro que es mejor conocer a las personas sin pensar en si estarás detrás tú, o no. Tal vez es más justo, como dice mi psicóloga, ver las cosas de forma objetiva y no esperar que todo el mundo me entienda, ya que mi forma de ver las cosas es diferente. La forma de ver las cosas de todos es distinta, eso es obvio, pero la mía es diferente.

Todo el mundo quiere creerse diferente, todos creen que lo son, pero no, las estadísticas muestran lo contrario.

Ahora tengo que socializar, que quedar con gente que creo que me odia, intentar mirarles a los ojos, escuchar y procesar lo que dicen, no perderme en mi mundo, beber pero de forma moderada sin que me entre el ansia de beber rápido y mucha cantidad, que no me de un quasi ataque de pánico, vestirme, maquillarme, peinarme, hacer algo por mi vida, etcétera. Qué dificil es vivir.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Todo lo demás es ruido

Me siento tan estresada, tan agobiada, tan fuera de este mundo, que presiento que voy a estallar en poco. Me siento irritada, pero no puedo expresarlo. Irritada probablemente conmigo misma, porque todas las cosas que quiero hacer, todas las cosas que planeo, no las puedo cumplir, porque mi cabeza va demasiado rápido, y no puedo concentrarme. 

Estoy totalmente fuera de control. 

No puedo focalizarme ni focalizarlo en nada. Cualquier imbécil me dirá: bueno, haz ejercicio. Sí y no. Sí porque YA LO HAGO, y no porque no puede calmarme del todo, y también porque el hecho de tenerlo como plan me hace agobiarme. Tengo el día totalmente perdido porque esta centrado en eso que tengo que hacer. 

Dudo que alguien me entienda. Es que me siento como agotada físicamente, pero mi cabeza va a mil. La mayoría de la gente, si está cansada, es algo tanto físico como mental, o por lo menos, mental. Lo mío es al revés. Y es realmente inaguantable. Porque entonces, mi cabeza no se identifica con mi cuerpo y es ahí cuando me siento como "fuera" de mí, no proceso bien lo que veo, escucho, hago, lo que la gente me dice. Se me olvidan las cosas, no sé lo que dices, porque estoy pero no estoy escuchando. Oigo ruido. Todo lo demás es ruido para mí.

Ya no sé que hacer. Me dan ganas de rendirme, de sacar la bandera blanca.