Hola, estoy aquí de nuevo. Tengo una forma muy curiosa de desaparecer por una temporada y luego volver a retomar el blog. Pero bah, a quién le importa, si esto es sólo para mí.
En realidad, debería tomarme esto más en serio, expresarme de forma escrita me ayuda a ordenar mis pensamientos.
El otro día pensaba en las combinaciones. En las combinaciones de letras, en las combinaciones de palabras que pueden llevarte al éxito, o bien al fracaso.
El conjunto de palabras que dichas en un orden específico y de determinada manera, pueden hacer reír a alguien, llorar a alguien, enamorar, decepcionar. En el conjunto de letras escritas en un papel que ordenadas de determinada forma pueden llevar a un libro al éxito multimillonario, o a una aburrida novela que termina empotrada en un estante sucio de una biblioteca.
Lo mismo pienso con los exámenes, con todas estas cosas que, si supieras exactamente cómo responder en ese mismo instante, tu vida se resolvería de una forma impresionante. Se cierran caminos, se abre otros. Y todo por combinaciones. Qué curiosa es la vida.
Se me ocurren tantas cosas, tantos proyectos, tantos, y al final no me pongo en campaña para llevar a cabo ninguno. Quiero escribir, pero, claro; eso lo digo ahora. Mañana querré hacer otra cosa y me olvidaré de este blog otra vez, hasta que pase un mes o dos y vuelva a la carga, tal vez con más historias que contar, o con la misma que se repite.
No es que sea pesimista, pero visto lo visto, creo que va a ser más lo segundo que lo primero.
Para más información sobre este enigmático fin, ver post anterior.
Laughing Out Loud.